Cinco claves para lograr las mejores condiciones económicas
Hubo un tiempo en el que los trabajos eran para toda la vida. Entrabas en una empresa, en muchos casos como aprendiz, e ibas haciendo carrera. Nuestros abuelos y nuestros padres vivieron esa época. Pero la mayoría de nosotros, tanto quienes leéis como quien escribe, no nos hemos encontrado con un terreno profesional estable, sino más bien lo contrario. Con un terreno movedizo que, con el paso de los años —y especialmente durante los de la crisis— fue incluso quebradizo.
Vivimos un tiempo en el que nada (o casi nada) es para siempre. Y mucho menos el trabajo. Esto responde a dos razones fundamentales:
- El mundo profesional es más dinámico que antes. Donde antes había un inmovilismo en muchos casos agradable o cuanto menos tranquilizador, ahora nos encontramos con un panorama en el que todo cambia de un día para otro. Ni las empresas sienten lealtad por sus empleados. Ni los empleados la sienten por las empresas. De hecho, un gran porcentaje del personal de las empresas privadas está constantemente listo para saltar (el caso del empleo público, lógicamente, es distinto).
- Los empleados tenemos una mentalidad mucho más cortoplacista que antes. La posibilidad de «hacer carrera» en una empresa ya no nos retiene como antes, a veces incluso no entra en nuestros planes. Especialmente si las condiciones que nos ofrecen no cumplen con nuestras expectativas. La vida laboral es larga, pero también lo bastante corta como para perder tiempo en entornos laborales en los que no nos sentimos valorados. O donde la remuneración y las condiciones profesionales no se corresponden con nuestra formación, nuestra experiencia o, simplemente, con nuestras aspiraciones.
Es por eso que cada día más personas están abiertas al cambio de trabajo. Y no solo eso: también a «coger la sartén por el mango» y demandar o exigir lo que consideran que se merecen. Claro que una cosa es pensarlo y otra, hacerlo. Se necesitan unas herramientas para negociar, para conseguir mejoras de cualquier tipo. Y eso es lo que proporciono a mis clientes cuando cuentan conmigo para que les ayude a gestionar su talento para conseguir una mejora profesional significativa.
Estas son tres de las claves que comparto con mis clientes durante mis sesiones de coaching laboral. Si las pones en práctica, conseguirás mejores condiciones económicas.
- Define tus objetivos a corto, medio y largo plazo de una manera fácil y sencilla. Estos objetivos deben ser específicos (puesto, tipo de contrario, salario…), medibles (debes poder ver si los estás cumpliendo o no), alcanzables (si sientes que no vas a alcanzar el objetivo, te vas a frustrar) y realistas (hay que tener en cuenta la situación del mercado, las condiciones que se ofrecen en puestos de tu rango y también la propia experiencia y formación).
- Trabaja en la creación de tu marca y valor. Tú eres único y especial. Y eso tienes que transmitirlo en todo lo que digas y hagas: desde tu currículum, a tu web —en caso de que la tengas—, pasando por tu perfil en Linkedin.
- Vende tus resultados. ¿Qué has aportado a las empresas en las que has trabajado? ¿Qué has conseguido? ¿Qué no se habría conseguido sin ti? Reflexiona al respecto y en tu próxima entrevista comparte esta información con la persona que te esté entrevistando.
- Interioriza tus objetivos profesionales premium. Comienza a decir no a las ofertas que no encajan con lo que quieres. No elijas desde el miedo. Es el peor enemigo de los objetivos profesionales premium.
- Comprométete con tus objetivos profesionales. Parece obvio, pero no lo es tanto. De nada sirve que quieras mejorar tus condiciones económicas, si no te comprometes con ello. Lo más importante que tienes eres tú mismo.
Estoy segura de que estas claves te serán muy útiles si empiezas a aplicarlas ya. Aunque, por supuesto, tu estrategia profesional para conseguir unas mejores condiciones económicas, esto es, unos objetivos profesionales premium no se elabora en un día y es recomendable un entrenamiento en todas las fases:
1. Exploración profesional a fondo: conocimiento de competencias, valores, campos profesionales y preferencias profesionales.
2. Análisis de mercado profesional: en el enfoque profesional asignado en la fase anterior.
3. Definición de objetivos a corto, a medio y a largo plazo.
4. Estrategia profesional para conseguir más entrevistas. 5. Entrenamiento pruebas, entrevista y negociación.
Siguiendo estos pasos tu carrera profesional estará bien definida y ahora sólo falta que tomes acción para conseguir el trabajo o proyecto profesional que realmente quieres.